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13 marzo 2007

EL EMPALME

Al contrario que muchos magos, nosotros mantenemos que empalmar una carta no es ninguna hazaña imposible. Sencillamente requiere tener confianza y un buen conocimiento del método correcto de hacerlo Extiende la mano con la palma hacia arriba y coloca sobre ella una carta e manera que la esquina del índice superior quede en la articulación superior el meñique y la esquina opuesta en diagonal se apoye en el montículo de la ase del pulgar. Dobla los dedos con naturalidad, manteniendo el pulgar extendido a lo largo de la mano y los dedos juntos. Da la vuelta a la mano. La carta no se moverá y, mientras tengas la palma de la mano dirigida hacia ti, estará bien escondida (ver figura). Una vez que conoces a fondo la forma de sujetar la carta en la mano, el siguiente paso es aprender a tomarla subrepticiamente de la parte superior de la baraja. Primero, toma la baraja en la mano izquierda como para dar cartas; luego, cubre la carta con la mano derecha colocando el pulgar en el extremo interior y las articulaciones superiores de los demás dedos cubriendo el extremo interior de la baraja. Con la otra mano, pasa las puntas de los dedos por un lado de la baraja y el pulgar por otro de arriba a abajo, como se suele hacer para cuadrar las cartas y vuelve a colocarlos como al principio, con los dedos cubriendo el extremo exterior de las cartas. A continuación, empuja con el pulgar izquierdo el extremo interno de la carta superior hacia la derecha. En este momento basta una mínima contracción de la mano derecha para que la carta se empalme en su sitio. Dirige los dedos y el pulgar de la mano derecha hacia las esquinas derechas de la baraja y sosténla entre el pulgar y el índice mientras, con la mano izquierda, repites los movimientos arriba y abajo para cuadrar. Retira la mano izquierda y sostén la baraja sólo con la derecha (ver figura). Si sigues paso por paso las explicaciones, ni el espectador más observador advertirá el empalme. Durante un juego, estos movimientos quedarán completamente naturales, por ejemplo, cuando vayas a dejar la baraja en la mesa para cortar o a entregársela a un espectador situado muy a tu izquierda para que mezcle. No tengas el brazo rígido como si te hubiese dado una parálisis, ni te lo lleves inmediatamente a la espalda. Ten la muñeca relajada y natural y olvídate de que llevas una carta en la mano. Para devolver la carta a la baraja, extiende la mano izquierda, coloca la baraja sobre ella y ofrécesela a un espectador para que corte. Toma el paquete inferior con la mano derecha dejando sobre él la carta empalmada y completa el corte.

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