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21 marzo 2007

EL MISTERIO DE LAS CINCO CARTAS APUÑALADAS

por Annemann En pocas palabras, el efecto consiste en que se eligen libremente cinco cartas de una baraja mezclada; se extienden todas las cartas cara abajo en la mesa y el mago, con los ojos vendados, las va encontrando en orden. Anneman recomienda utilizar la baraja Bicycle Rider Backs para ejecutar este juego. La marca que diferencia los dos lados del dorso se halla cerca de la esquina superior izquierda: en uno de los extremos hay un bucle que termina haciendo una curva, mientras que en el otro hay un punto blanco. Mezcla la baraja, que estará colocada con todas las cartas orientadas en la misma dirección, y ofrécesela a cinco espectadores para que elijan otras tantas cartas, sin olvidar rogarles que las sostengan cerca del cuerpo para que nadie más pueda verlas. Esta observación suele conseguir que los espectadores no den la vuelta a las cartas (de arriba a abajo). Antes de pedirles que devuelvan sus cartas, da la vuelta a la baraja para cambiar su orientación. Haz que el primer espectador introduzca su carta aproximadamente por la mitad de la baraja e, inmediatamente, cuadra las cartas con toda claridad. A continuación, abre un abanico, localiza la carta invertida respecto a las demás y haz que el segundo espectador coloque su carta justo debajo de ella. Vuelve a cuadrar de nuevo claramente para que el público crea que la carta está perfectamente perdida. Haz lo mismo con las tres cartas restantes. Señala que te vas a vendar los ojos y explica que vas a extender todas las cartas en la mesa al tiempo que las vas colocando en una larga fila. Recoge la extensión de derecha a izquierda hasta llegar a la primera carta invertida. Cuadra esta primera mitad y déjala caer en la mesa. Recoge la segunda mitad del mismo modo, cuádrala y déjala sobre la primera. Ahora, las cinco cartas elegidas se encuentran en la parte superior de la baraja colocadas en el mismo orden en que fueron elegidas. Deja las cartas en la mesa un momento para que un espectador te vende los ojos con una venda o con un pañuelo doblado. En cualquier caso, siempre te quedarán unos huecos a ambos lados de la nariz a través de los cuales podrás ver lo que necesitas. Seguidamente, pide a un espectador que te entregue la baraja, no la tomes tú directamente (se supone que no ves nada). Realiza dos mezclas por hojeo en la mesa. Esto hará que incluso los magos se queden sorprendidos. Lo que hacen estas mezclas es lo siguiente: la primera distribuye las cinco cartas por la mitad superior de la baraja sin alterar su orden relativo y la segunda las reparte, igualmente ordenadas, por toda la baraja. Extiende las cartas y pide al espectador que te entregue una navaja, que previamente habrás pedido y dejado abierta sobre la mesa. Ahora te resultará fácil localizar cada una de las cinco cartas, pincharlas con la navaja y mostrarlas mientras anuncias que corresponden al primer, tercer, etc. espectador. En lugar de extender las cartas, puedes limitarte a ir pasándolas una por una y apuñalar las elegidas a medida que vayan saliendo. En este caso resulta muy efectivo, una de las veces, clavar la navaja en la mesa, levantarla como si hubiese una carta y mantenerla así hasta que te digan que no hay nada. La mayor parte de las barajas de esta marca vienen ya ordenadas, lo que ofrece la ventaja de poder hacer el juego directamente con una baraja nueva. Es aconsejable revisar las cartas para asegurarse de que están todas orientadas en la misma dirección. Este juego es, sin duda, uno de los mejores efectos de cartas apuñaladas que existen.

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